MÚSICA SUGERIDA MIENTRAS NOS VISITA "Un pueblo llamado Fantasía"

Siguenos en Facebook Siguenos en YouTube Síguenos en Twitter

Mi cuento / Un pueblo llamado Fantasía / Autor y voz en off (tothe)


Un cuento lleno de amor y de "Magia"

Un pueblo llamado Fantasía

Cuando los cuentos se cuentan se cuentan con imaginación. Se cuentan con fantasía; se cuentan como los cuento yo.
Autor
Jose Antonio G. R.

Bueno, bueno, os voy a contar una historia llena de amor y de “Magia”. Todo comienza en un pueblo llamado Fantasía.
Un día y sin saber cómo aparecí paseando por sus calles, las cuales me parecían conocidas. Me fijé en una pequeña tienda que me llamó mucho la atención, tenía todo lo que uno se pudiera imaginar.

Tras el cristal me fijé en un hermoso libro gastado por el tiempo y de un tamaño considerable. Su portada, tenía tanto polvo que sólo se podía apreciar una parte del título: “Fantasía”.
Sin saber porqué, sentía que formaba parte de mi vida.
La verdad que me llamó todo mucho la atención y mucho más ese fantástico libro.

Pero tristemente nada de eso podría estar a mi alcance, pues se me olvidó deciros que soy un pobre
vagabundo que ni siquiera recuerda de donde viene. Pasados unos minutos seguí mi camino en compañía de mi bastón, en el cual me apoyaba desde hace muchos años. Cansado, decidí sentarme en un banco de madera que había al lado de un gran árbol.

Enfrente también había una hermosa casa con un gran ventanal, en el cual se veía un enorme reloj. Era tan grande, que se podían ver las agujas, las cuales marcaban las 11:55. Sin darme cuenta, me quedé dormido soñando que un hombre de gran edad y un niño, me preguntaban si tenía algo para comer; pues no les dije.

El anciano mirándome me dijo: Tened buen hombre estas monedas para que pueda comprarse algo de comida, y estas otras para que se compre lo que usted desee. Yo le contesté con lágrimas, gracias señor, no sé cómo agradecérselo. No hay nada que agradecer me respondió el anciano.

En este pueblo llamado “Fantasía” todos nos ayudamos. Hasta otra buen hombre, ya son las 12:00 y nos tenemos que ir. De repente, me desperté dando un sobresalto, y aún con lágrimas en los ojos, me dí cuenta que las agujas de aquel enorme reloj marcaban las 12:00, la misma hora en la que me desperté. ¡Que extraña coincidencia!.

Ooofffff!!!!, suspiré, no puede ser en cada bolso de mi abrigo había una bolsa de monedas, las mismas que el anciano y el niño me habían dado. Tiene que ser un sueño, pensé para mí. Pero me dí cuenta que esta vez no estaba soñando, que todo era real. Así que sin pensarlo un minuto más cogí mi bastón y me fui a comprar un poco de comida tal como habían dicho el anciano y el niño.

Seguidamente, me fui a la tienda donde había visto ese precioso libro, pues el anciano me había dicho que unas de las monedas las gastase en algo que yo deseara y así lo hice.
Con el libro en mis manos y temblando de emoción decidí empezar a leerlo donde todo empezó, en aquel banco de madera que estaba junto al árbol.
Y a su vez con la esperanza de volver a ver al anciano y al niño. Ya acomodado lo primero que hice fue limpiar el polvo de la portada y así descubrir la parte que faltaba del título, lo que me dejó sin palabras, pues su título era: un pueblo llamado Fantasía. El mismo nombre al que se le llamaba al pueblo.

Todo era muy extraño. Sin más empecé a leer el libro que así decía: Érase una vez un anciano y un niño, cuyo destino quiso que se cruzaran sus caminos. El anciano era un vagabundo pero con un corazón muy grande, tan grande, que todo lo que tocaba lo llenaba de vida.

Tenía por costumbre sentarse en un banco de madera que él mismo había hecho junto a un árbol, y donde todos los días se sentaba a escribir su gran libro. Un niño que se paseaba por donde el anciano estaba, le preguntó si podía sentarse un poco a su lado, respondiendo el anciano: ¡Claro hijo mío! No sabe como se lo agradezco señor, dijo el niño.

¿Eres de aquí?, le preguntó el anciano; no señor, si le digo la verdad, no sé de donde soy, pues me abandonaron hace mucho tiempo. El anciano le acarició la cabeza diciéndole: No te preocupes hijo, yo cuidaré de ti. El niño con una sonrisa se apoyó en el anciano y le dijo: Señor ¿qué está escribiendo en ese gran libro?

Pero de repente me fijé que no había nada más escrito,

Sin darme cuenta y sentado a mi lado, apareció el anciano sin el niño diciéndome: Lo que he escrito es sobre ti, sobre mí y sobre un pueblo llamado Fantasía. Pues esta historia me hizo saber quien soy gracias a un anciano que me cuidó cuando aún era niño.

Recordando que un día fui apartado de su lado sin saber porqué. Pues hoy me ocupo de cuidar su banco, su árbol y su gran libro.
                    Jose Antonio Gonzalez Rodriguez



 LIBRO  ORIGINAL DEL CUENTO

Contacto

Correo electronico: bryantote77@hotmail.com

Visitas